Le phare de la pointe du Petit Minou et la rade de BrestLe phare de la pointe du Petit Minou et la rade de Brest
©Le phare de la pointe du Petit Minou et la rade de Brest|BERTHIER Emmanuel

Brest

La ciudad donde te sentirás en el fin del mundo

Olvida todo lo que creías saber de Brest. Ven a descubrir una encantadora ciudad marítima y cada vez más dinámica en una de las bahías más hermosas de Francia. Te proponemos bajar por la calle Siam hasta la ensenada, visitar un acuario excepcional y disfrutar de lugares magníficamente reconvertidos. Todo a pie, en bicicleta, en autobús, en tranvía… ¡e incluso en teleférico!

Descubre Brest

Brest es, ante todo, un gran puerto en una bahía a las puertas del Atlántico. Una ciudad destruida en gran medida durante los bombardeos de 1944 y reinventada en la actualidad, donde modernismo, neoclasicismo, art nouveau y art déco conviven en armonía. Su sello «Ville d’art et d’histoire» (Ciudad de arte y de historia) es garantía de un programa de visitas y actividades culturales y patrimoniales que se actualiza sin cesar. Con la mirada puesta en el futuro y avivada por el rocío marino, es una ciudad «puntera»… en todos los sentidos de la palabra.

Entre dos orillas

Nos adentramos en una ciudad de patrón cuadriculado y desniveles recurrentes, un San Francisco a la bretona, con 7 barrios y otros tantos centros urbanos. En el centro, un río: el Penfeld. En la margen izquierda, paseo del Conservatorio Botánico hasta el castillo a través del barrio de la facultad de medicina, con alegres fachadas multicolores, y la calle de Siam. No olvides detenerte en la PAM, tercer lugar rebosante de vida, antes de poner rumbo al Penfeld en teleférico. Impresionantes vistas a los puertos y al puente de Recouvrance. 3 minutos de levitación más tarde llegamos a los Ateliers des Capucins, un lugar lleno de energía a dos pasos de la atípica calle Saint-Malo. ¡Déjate llevar por su encanto!

Recomendaciones a la orden del día

En la desembocadura del río, el castillo medieval, su fantástico Museo de la Marina y su puerto deportivo. Bares, restaurantes (Oyster Bar, RemorKeur)… las direcciones gastronómicas te esperan en el fabuloso ambiente del puerto comercial. Brindamos por los dos buques que son el orgullo de los lugareños: el Recouvrancey el Abeille-Bourbon. Un poco más al norte encontramos los «néobistrots» y magníficas recomendaciones en la calle de Lyon, especialmente Peck&Co. e Hinoki, uno de los pocos maestros de sushi de Francia, además de exsurfista. Si te quedan pilas para alargar la noche, apuesta por auténticas instituciones locales: Vauban, Quartz o la Carène.

En bicicleta, TER o barco

¡Añadir a tu exploración urbana escapadas a faros, islas, playas u otra «ciudad de arte» es de lo más sencillo! Puedes acceder a las playas en bicicleta. Si ponemos rumbo al este, nos encontramos con la de Moulin Blanc, las puntas de Iroise, Albert-Louppe y la Cale du Relecq-Kerhuon, y las maravillas de Daoulas o Landerneau, a tan solo 15 minutos en TER. ¿Y hacia el oeste? Esta dirección nos lleva a la playa de Sainte-Anne-du-Portzic y el faro de Petit Minou, a la entrada de la bahía: el primero de una larga serie que puedes descubrir por tierra o en el mar de Iroise. Acudimos a la llamada del mar y nos embarcamos rumbo a Molène o Ouessant con el firme propósito de vivir otras aventuras.

Con la mirada puesta en el futuro y avivada por el rocío marino, es una ciudad «puntera»… en todos los sentidos de la palabra» .

¿Sabías que…?

Uno de los mayores acuarios de Francia

Océanopolis es el parque que te acerca a los océanos, único en Europa, y que puedes descubrir desde el interior y el exterior: en los Ateliers des Capucins, el 70.8 también ofrece un recorrido oceánico desde las profundidades hasta la superficie.

Único en Europa

Sigue con tu paseo. El gran dique del puerto comercial te conduce prácticamente a los pies del castillo y su Museo de la Marina. Pero no te vayas de Brest sin haber visitado Océanopolis. Este parque de descubrimiento de las ciencias marinas, único en Europa, alberga enormes acuarios y una clínica para focas. ¡Incluso podrás tocar algunas especies de fauna marina! Y si esta inmersión en pleno océano te ha encantado, déjate llevar por una vuelta al mundo vegetal en el Conservatorio Botánico. Viaja a los confines de un jardín paisajístico de 30 hectáreas donde conviven plantas silvestres y flores exóticas. ¡Un remanso de paz que deleitará todos tus sentidos!

¿Cómo llegar / desplazarse?

¿Cómo llegar a Brest?

Para llegar a esta ciudad, el avión es una buena opción, con sus líneas regulares y de bajo coste. Por ejemplo, se puede volar desde Madrid en unas 4 h y 30 min y desde Barcelona en unas 4 h, haciendo conexión en París. En tren, calcula 3 h y 25 min desde París-Montparnasse gracias a la LGV (Línea de Alta Velocidad) y sus 10 trayectos diarios. En coche, puedes tomar las carreteras de doble calzada gratuitas RN12 desde Rennes y N165 desde Nantes. El trayecto de Brest a Barcelona es de unas 12 h y 30 min, mientras que a Madrid es de unas 13 h. Con las compañías de autobuses de larga distancia Flixbus y BlaBlaBus, podrás viajar a precios económicos.

¿Cómo desplazarse por la ciudad y la región?

Hay un servicio de enlace que comunica, todo el día, el aeropuerto de Brest-Guipavas con el centro de la ciudad en solo 10 minutos. En Brest, puedes desplazarte a pie sin problema y con los billetes únicos, Bibus, podrás combinar autobús y tranvía. También cuenta con un teleférico que une la calle de Siam con el barrio de los Capuchinos y que te brinda una imponente vista panorámica de la ciudad y de su ensenada.

De abril a septiembre, si deseas visitar la península de Crozon, hazlo por el mar en las lanzaderas de la compañía marítima Le Brestoâ, que cubren el trayecto Brest – Le Fret por la mañana y la tarde. Y si el mar abierto te tienta, en el puerto de Brest, unas lanchas motoras te llevarán a Ouessant, Molène y la isla de Sein.

Para unas vacaciones tranquilas, los autobuses BreizhGo recorren toda la Bretaña.

En los alrededores

Web Oficial de Turismo de Bretaña
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