Con Yann y unos misteriosos habitantes
Una vez distribuidas las lámparas, llegamos al centro del valle de Traouïero. Un riachuelo murmura entre los bloques plantados en las tierras de Ploumanac’h. El primer alto de nuestra excursión nocturna. En este refugio natural de korrigans, sirenas y contrabandistas, Yann invoca a Rozenn, a Juan Sin Miedo, a Marmiton, a Margot, al Molinero del Crac’h… para que se unan a nosotros. Con estos personajes imaginarios nos adentramos en el crepúsculo de las gargantas tapizadas de verde. El perfume del humus y de las hojas caídas impregna el aire. Mientras se pone el sol, la vegetación y el misterio se pueden palpar. La atmósfera es mágica e invita a soñar.
