Desde su fundación en 1900, la destilería Warenghem, creada por Léon Warenghem, se ha dedicado a destilar, macerar o fermentar, y después envejecer, distintos productos alcohólicos de primera calidad. Recorre esta destilería y descubre el fabuloso mundo que rodea a esta sabrosa alquimia que es la elaboración del whisky bretón. Un universo técnico y acogedor, con frecuencia poco conocido. Observa cómo se trituran los granos de cebada de malta previamente seleccionados y aprecia el lento y valioso trabajo del alambique, dominio del fuego y del cobre. Déjate seducir por la penumbra y el silencio de este lugar, donde madura lentamente, durante muchos años, el whisky bretón. Y para terminar la visita... ¡una tentadora degustación!
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