Como un balcón florido sobre el Odet, el Domaine de Boutiguery renace cada primavera con el florecimiento de sus 40.000 azaleas y rododendros. Un espectáculo natural lleno de color.
Cuarenta años de pasión por la botánica y la pintura... y este es el resultado. En primavera, el Domaine de Boutiguery florece en una explosión de colores increíble. Le dio vida Christian, el papá artista. El relevo lo tomó Virginie, su hija paisajista. Es agradable pasear en este parque bucólico de 20 ha suspendido por encantamiento a un recodo del Odet. Allí, se viaja. La finca, en continua evolución, se ilumina cada año con 1.000 plantones híbridos adicionales de rododendros y azaleas. De abril a junio, el paisaje se ilumina con todo su fulgor en medio de los robles, las secuoyas y los pinos de México. Un espectáculo natural y poético bellísimo.