¿Siempre habéis querido tener una crepería propia? En Saint-Malo, el Atelier de la crêpe os da la receta y los trucos para manejar el billig como un experto.
En Bretaña, hacer crepes es un asunto serio. El Atelier de la crêpe es un organismo de formación profesional acreditado. Los cursillistas pasan varias semanas allí, desde la iniciación hasta el perfeccionamiento, para entrenarse antes de abrir su propio restaurante. Sin embargo, hacer crepes también es un placer familiar para consumir sin moderación. En algunas horas, el Atelier de la crêpe forma a los curiosos de la gastronomía bretona. La mañana de descubrimiento (4 horas) permite ponerse manos a la obra. Aprenderéis a preparar vuestra pasta, hacer girar el rozell, mantener el billing, rellenar las crepes saladas... Las ventajas comparadas del trigo negro y del sarraceno no tendrán más secretos para vosotros. El Atelier de la crêpe también presta sus hornos a los jóvenes cocineros (a partir de 10 años) para que ayuden a sus padres en la cocina. ¡No lograr la primera crepe no tendrá más excusas!
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