En el extremo sur de la península de Crozon, la Casa de los Minerales es un espejo de las mil y una maravillas geológicas del macizo armoricano. Un filón de oro para los apasionados por las piedras milenarias.
La antigua escuela rural del Cap de la Chèvre esconde un tesoro único: la mayor colección de minerales fluorescentes de Europa. Su colorida presentación es una de las tres exposiciones permanentes de este museo tan vivo, dedicado al conocimiento de la geología local y los minerales del macizo armoricano. El subsuelo de la Casa de los Minerales bien merece ser visitado: 140 millones de años reflejados en la piedra de gres y esquisto. Pero no todo queda entre sus paredes, la Maison des Minéraux organiza salidas sonoras, contadas, tocadas o naturales para acercarse a los minerales con los sentidos, la fotografía y el bricolaje. Para entender las ciencias de la Tierra y el ecosistema local de manera informal, experimental y lúdica.