Pont-Aven, este pequeño y pintoresco pueblo bretón, debe su fama a la vibrante vida artística que acogió entre 1860 y mediados del siglo XX. Gauguin, Sérusier, Denis... son algunos de los ilustres pintores que vinieron aquí en busca de un cambio de aires y de inspiración. Para descubrir sus creaciones, acérquese al antiguo Hotel Julia, sede de estos artistas. Completamente renovado, es el edificio principal del museo, ampliado por una luminosa extensión contemporánea en vidrio y madera. Proyecciones inmersivas en el Pont-Aven de finales del siglo XIX, terminales interactivos y películas ponen en perspectiva las obras repartidas en dos plantas. Una está dedicada a las exposiciones temporales y la otra a las colecciones permanentes. En la planta baja, podrá prolongar su visita en la librería-boutique, o sentarse en el jardín interior inspirado en una obra de Filiger.
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