Desde cuadros XXL hasta latas de sardinas, platos y decoraciones de transatlánticos, la variedad de soportes utilizados por Méheut es sorprendente. A lo largo de aproximadamente 1 hora y 30 minutos, una escenografía envolvente desvela su universo de naturaleza, vida cotidiana, Bretaña, sus viajes por Japón y otros lugares... Las 250 obras expuestas se encuentran en un marco luminoso, en las antiguas caballerizas restauradas. Equipados con su kit de explorador, los niños pueden moverse libremente y aprender sobre arte sin darse cuenta. Audioguías, terminales interactivos y mapas táctiles completan una visita para todos los públicos. En una alcoba situada al final del recorrido, quedarán cautivados por los colores y detalles del impresionante tapiz "La Mer" y su caja de cartón a tamaño natural. Méheut era un artista que sentía curiosidad por todo, y dejó una prolífica obra que permite renovar cada año la exposición permanente e idear originales exposiciones temporales. Un museo para visitar una y otra vez.
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