Desaparecido del campo a finales del siglo XIX, el lobo salvaje reapareció en Bretaña en 2022. Pero en Lescouët-Gouarec, el animal es visible desde 2006, mimado por el refugio Coat-Fur. Aquí no hay cría, sólo rescate. El refugio acoge y cuida animales cedidos por profesionales, parques de animales o por orden judicial. Una veintena de residentes viven en semilibertad en el pinar, a una distancia respetable de los plácidos ciervos. La visita se realiza siguiendo una ruta didáctica señalizada (5 km). Dedique entre una y dos horas a recorrer los recintos. Mantenga los ojos bien abiertos y tómese su tiempo. Detrás de un árbol o tumbados entre las hojas, los lobos le ofrecen una mirada, una expresión, un encuentro único. Pero, ¿quién mira a quién? Una yurta le permite pasar la noche en el corazón del refugio con la posibilidad de seguir al cuidador por la mañana temprano.
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