



En un emplazamiento ya ocupado durante el neolítico, Lannion se desarrolló alrededor del vado que permitía cruzar el Léguer, en la ubicación actual del puente de Kermaria. Este río estaba defendido por un castillo. La ciudad, rodeada de murallas, vivía en la Edad Media al ritmo de las mareas y de sus actividades portuarias. Así ha ido adquiriendo su vocación comercial, acreditada por su célebre mercado.
Comienza tu visita por la majestuosa iglesia de Brélévenez, que preside la ciudad desde lo alto de sus 140 escalones y brinda unas vistas impresionantes. A lo largo de las calles, plazas y callejones adoquinados, disfruta de la atmósfera de esta antigua ciudad medieval. Las casas de entramado de madera o de pizarra con decoraciones esculpidas dan fe de los gustos y de la riqueza de sus antiguos habitantes. Las enormes torres macizas unidas a las fachadas de palacetes y mansiones albergan escaleras de caracol para acceder a los pisos.
Lannion, capital administrativa, comercial y cultural del Trégor, se ha convertido, desde el establecimiento del Centro Nacional de Telecomunicaciones en 1960, en un centro tecnológico pionero de las técnicas más vanguardistas que acoge un centenar de empresas de alta tecnología y centros de investigación.
Entre las excepcionales casas de entramado de madera, la que se encuentra en el número 3 de la rue des Chapeliers está adornada con personajes esculpidos en posiciones extrañas.
Oficina de Turismo de Bretagne Côte de Granit rose