En la fachada amarilla de este bonito bistró, de aspecto vintage y tejado de pizarra, se puede leer "tierra de abundancia"... muchas sonrisas y "buena comida", podríamos añadir. Al mediodía, la cocina ofrece una breve carta de platos del día, hamburguesas y platos vegetarianos. Por la noche, envía sus "bolinettes", entre tapas y platos para compartir, con camembert asado, tataki de ternera marinada al té, houmous con limón confitado o falafel de guisantes partidos. Todo ello acompañado de una selección de vinos ecológicos y cervezas locales, como las de Brasserie Sauvage y Skumenn. ¿Uno de los platos fuertes de la semana? Los sábados al mediodía, cuando el público llega después de comprar en el cercano mercado de Lices.
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