En lugar del silencio y el servicio bajo campana, esta dirección de Rennes, situada cerca de la Place des Lices, prefiere el ruido de la vida y platos (muy buenos) enviados sobre la marcha.
Yann-Eric Toutain y Simon Commault, propietarios y socios del excelente Mirlitantouille, han extendido su patio de recreo a este Berzingue contiguo. Con sus mesas altas y taburetes de madera, el restaurante es más relajado que convencional. Es cierto que se puede tomar una cerveza artesana o disfrutar de una copa de vino natural de la bien surtida bodega. Pero también es difícil no sucumbir a las inspiraciones de Yann-Eric, que mantiene un animado ritmo al piano en su cocina abierta. Además de ostras y terrina, carne a la parrilla para compartir o las famosas pizzettas fritas, el chef se reinventa casi a diario con platos como el accras o los raviolis de setas con salvia. Todo bulle en la cocina y bulle en el comedor.
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