El acogedor camping del Moulin d'Aurore ha sabido adaptarse a su entorno con total sencillez.
Desde el amanecer y hasta la puesta de sol, el Moulin d'Aurore convierte tus vacaciones en una pequeña maravilla de sencillez, al ritmo del viento que sopla en los árboles y al ritmo de las hortensia que florecen aquí y allá. Sin pretensiones ni imitaciones, exhibe un estilo natural. A tu llegada, si todavía buscas el camino que lleve al molino, una llamada basta que vayan a buscarte (según disponibilidad). Una vez instalado en una de las 170 parcelas a la sombra, se recorre el sur de Bretaña comenzando por Concarneau, ciudad con todas las delicias gustativas, donde hasta las gaviotas conocen el sabor de las crepes. Pero los peces te esperan a 1,5 km del camping, en el estanque de Moros. El pequeño centro comercial de la zona está a 300 metros. Y sí, en el camping de Aurore, todo está cerca.









