Enclavado en un espacio natural protegido, sencillo y auténtico, el camping Ode Vras se abre al mar y a la arena fina.
Las dunas de Keremma, un largo cordón dunar (6 km) en el que aflora el granito, son una curiosidad mágica del litoral del Finisterre, clasificado Natura 2000. Bordeada por aguas transparentes, la playa sigue siendo salvaje e invita a soñar, nadar y pescar a pie. Como un vecino discreto y respetuoso con el medio ambiente, el camping Ode Vras está enclavado bajo los pinos. El camping dispone de un centenar de parcelas con electricidad, delimitadas por setos, repartidas en tres hectáreas de césped arenoso. Siempre a escala humana, el camping ha añadido algunas casas móviles, bungalows de lona y cabañas para excursionistas, sin perder su autenticidad. En cuanto a los servicios, se dispone de un snack-bar, una zona polideportiva, dos zonas de petanca y una sala de actividades cubierta. Las autocaravanas son bienvenidas. El camino de la costa lleva directamente al mar, a 300 m del camping. En los días de viento, el ballet de los kitesurfistas ofrece un espectáculo único.











