Si está de camino a Rennes, ¿por qué no hacer una parada en Saint-Grégoire para disfrutar de una refinada gastronomía? Aquí, en un entorno verde, el chef Ronan Kervarrec y su esposa Els le dan la bienvenida. En este remanso de paz se han habilitado cinco preciosas habitaciones de 24 m² cada una, con duchas a la italiana (y bañeras en isla en algunos casos). El diseño es decididamente contemporáneo, con un color por habitación, y todas se abren a su propio patio privado, una auténtica burbuja de tranquilidad. ¿Desea relajarse tras una visita al Museo de Bellas Artes o al mercado de Lices? El corredor de natación exterior y la bonita terraza le están esperando. A sólo 2 minutos a pie, también podrá pasear por el canal Ille et Rance. En la Maison Kervarrec, el desayuno continental es 100% casero. Con sus dos estrellas Michelin, el restaurante es una referencia gastronómica en Rennes. Así que hay para todos los amantes de los sabores deliciosos y yodados.
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