El Manoir de Rigourdaine, encaramado sobre un promontorio con vegetación, domina el estuario del Rance. En este remanso de paz y tranquilidad podrás tomar una copa en el bar, leer al calor de la chimenea, jugar una partida de billar, recorrer los caminos del parque y llegar al estuario. "El Manoir goza de una situación idónea para visitar Dinan, Saint-Malo y el monte Saint-Michel. Pero hay otros lugares más íntimos que también valen la pena, como el pueblo de Saint-Suliac, considerado como uno de los más bonitos de Francia", aconseja Patrick Van Valenberg. Este nativo de Saint-Malo con ascendencia belga conoce cada piedra del edificio histórico que ha arreglado con sus propias manos. Las habitaciones son amplias y cómodas, y están envueltas por una atmósfera acogedora que recuerda el espíritu tradicional bretón. Las habitaciones dúplex son ideales para las familias.
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