A dos pasos de la talasoterapia, Juliette y Alexandre han creado un refugio refinado y acogedor. Ideal para acurrucarse en pareja o para explorar en familia los paisajes salvajes del norte de Finisterre.
Materiales naturales, iluminación suave, ropa de cama de alta calidad... Se enamorará de la elegancia atemporal de los 4 dormitorios y 2 estudios de La Brise. Dicen que el lujo está en los detalles. Esto es particularmente cierto aquí, donde incluso la fragancia cambia con las estaciones. En el desayuno, le encantarán las tortitas caseras y los productos locales o ecológicos, así como los inestimables consejos de Juliette. La isla de Batz justo enfrente, las dunas de arena blanca de Keremma... Pero también los buenos restaurantes de Roscoff a dos pasos, sus rincones secretos y sus lugares de recogida de berberechos y hinojo marino... ¡Una acogida generosa y discreta que es el alma del lugar! Un pequeño extra: acceso a una cocina para preparar sus comidas y un rincón acogedor para los más pequeños. Tantos pequeños detalles para sentirse como en casa en un lugar excepcional.




