Si le gustan los lugares con alma, le encantará esta casa solariega enclavada en el campo de Penvénan. En cualquier estación, ¡una auténtica burbuja de calma al volver de sus exploraciones costeras!
Piedra vista, materiales de origen biológico, habitaciones magníficamente espaciosas... autenticidad y confort se unen a la perfección en las dos casas rurales totalmente independientes que Karine y Patrice han reconvertido en el antiguo establo de la casa solariega. ¡Y qué decir del jardín y sus molinos de lino, de los muebles únicos hechos a medida por Karine en su taller, o de los brioches caseros y todos los pequeños detalles!
Un punto de partida ideal para explorar la región de Perros-Paimpol, con innumerables lugares que visitar en un radio de veinte minutos. Entre los numerosos senderos que parten de la casa rural, podrá caminar hasta la playa de Trestel y el GR®34 en 40 minutos. Y si se le cansan las piernas, Karine le recogerá con una sonrisa. ¿Una visita obligada? En temporada de castañas, después de disfrutar de los últimos rayos de sol, date un chapuzón en el baño nórdico y acurrúcate frente a la estufa crepitante.