Idea de estancia

A lo largo del Oust, entre historia y leyendas

Disfruta de un paréntesis de naturaleza, cultural y misterioso, en el interior del departamento del Morbihan, entre el canal Nantes-Brest y el bosque de Brocelianda.

Sugerencia para

3 días

De un vistazo

En el interior del Morbihan, a lo largo del río Oust, domesticado por el canal Nantes-Brest, se respira tranquilidad… A lo largo de esta estancia podrás disfrutar de múltiples momentos de evasión salpicados por ciudades pintorescas, jardines floridos y valles boscosos. En Josselin, te seducirá la historia de la familia Rohan, mientras que en Malestroit te encandilará su pasado medieval. En el lago del Duque pasearás en medio de una colección única de hortensias y en el bosque de Brocelianda recorrerás los misteriosos menhires de Monteneuf. ¡Déjate envolver por la magia!

Día 1
Día 2
Día 3

Josselin y su majestuoso castillo

El castillo de Rohan se alza orgulloso a orillas del Oust. A bordo de una barca eléctrica podrás admirar sus tres majestuosas torres medievales reflejadas en el río. Una estampa única de la que nunca te cansarás.

En el jardín, la fortaleza revela una cara bien distinta: tragaluces, galerías y una decoración típica del gótico flamígero de esquisto azul. ¡Te enamorarán sus preciosas filigranas de granito esculpido!

Pasea sin prisas por el centro histórico de Josselin y piérdete por sus callejuelas bordeadas de casas con entramado de madera.

Cruzando el río llegarás al pintoresco barrio de Sainte-Croix, antiguamente habitado por curtidores y lavanderas. ¡Un paseo fuera del tiempo!

Clasificado como Monumento Histórico, el castillo de Josselin sigue siendo la residencia de una de las familias más famosas del Ducado de Bretaña: los Rohans.
Las casas de huéspedes flotantes Ti War An Dour ofrecen una inmersión en plena naturaleza con el máximo confort. Para recorrer mejor el lugar, puedes alquilar una barca eléctrica o una bicicleta eléctrica de abril a septiembre.

Malestroit, perla medieval

Tras un buen desayuno, monta en una bici eléctrica y recorre el canal Nantes-Brest hasta Malestroit.

Una bonita ciudad con una arquitectura medieval particularmente bien conservada. En la plaza du Bouffay, fíjate bien en las curiosas esculturas incrustadas en las fachadas. La conocido como «la cerda hilandera» muestra una cerda, su huso y también… ¡un conejo y su gaita bretona! A lo largo de las calles Général-de-Gaulle, Sainte-Anne y Les Ponts encontrarás casas góticas o renacentistas, casas a dos aguas y otras gárgolas. Luego llegarás hasta el rebosadero, el molino y la esclusa.

Al volver, detente en Lizio y visita el Musée du poète ferrailleur, donde autómatas, esculturas animadas, tótems de viento y otros dispositivos insólitos cobran vida a partir de objetos reciclados. ¡Encantador!

¿Quieres saber más sobre la historia del canal? Escucha Les voix du canal, una historia que puedes descargar en www.canauxdebretagne.org
Visita la Maison des Lapins Crétins, en una de las casas medievales de Malestroit, llena de esos pícaros conejos. ¡Un universo de lo más divertido y particular!

De las hortensias del lago del Duque a los misteriosos menhires de Monteneuf

¡Prepárate para vivir un día inolvidable en plena naturaleza! En Ploërmel, el lago del Duque es un paraíso floral: flores azules, blancas, rosas… ¡hasta 5000 hortensias adornan sus orillas! Un circuito de 3 km invita a disfrutar de un paseo botánico. Si te gusta caminar, también puedes animarte y recorrer los 14 km del circuito grande Tour du Lac.

Después de comer, ve a Monteneuf y déjate envolver por el ambiente místico que se respira en el extremo sur del bosque de Brocelianda. Un lugar que alberga múltiples megalitos: menhires de esquisto púrpura, monolitos… ¡y hasta cuarenta piedras verticales!

En L’Auberge Tiegezh, en Guer, premiado con una estrella Michelin, podrás disfrutar de una excelente cocina gastronómica o bistró, una carta original y refinada.

Nos gusta

Disfrutar de las vistas del canal Nantes-Brest desde los jardines del castillo de Josselin.
En el yacimiento de menhires de Monteneuf, caminar entre las 40 piedras verticales e intentar desentrañar su misterio.