L'Archipel des GlénanL'Archipel des Glénan
©L'Archipel des Glénan|LAMOUREUX Alexandre

Archipiélago de las Glénan

Un archipiélago repleto de encantos

Siete islotes alrededor de un mar interior de aguas transparentes, playas de arena blanca… No, no estamos en las Seychelles. ¡Estamos en Bretaña! Este archipiélago situado ante Concarneau recuerda a los paisajes paradisíacos de países tropicales. Es como soñar despierto.

Descubrir Archipiélago de las Glénan

Si pasas por aquí, no dejes de visitar las Glénan. De abril a septiembre zarpan barcos desde Bénodet, Concarneau, Loctudy, Pors-la-forêt y Beg Meil hasta Saint-Nicolas, la isla principal. Es una magnífica excursión de un día. El archipiélago no dispone de ningún hotel y está prohibido hacer camping, pero en verano, las Glénan se animan con sus restaurantes, un centro de inmersión y su famosa escuela de vela. Para aprovechar al máximo tu día en la isla puedes reservar una visita guiada a la isla en la Oficina de Turismo o un descubrimiento del entorno submarino mediante un viaje en barco transparente con una empresa.

Prueba los deportes acuáticos

Las Glénan son conocidas no solo por sus playas paradisíacas, sino por su Centro Internacional de Submarinismo y por su mundialmente famoso Club Náutico. Aprovecha para hacer un bautismo de algún deporte. Y no olvides que si prefieres caminar, podrás subir a pie a la cima de la isla de Saint-Nicolas. Desde allí, la vista al mar interior (denominado La Chambre) y a toda la costa es maravillosa.

¿Lo sabías?

Hay tiburones… inofensivos

El archipiélago es un ecosistema de gran biodiversidad dado que está apartado de la contaminación. En las inmersiones se puede ver al tiburón peregrino que, aunque alcanza los 7 metros de longitud, es totalmente inofensivo porque solo come plancton.

Una flor única en el mundo

Aquí viven multitud de flores bonitas, coloridas, blancas y sin olor, plantas de 15 a 40 centímetros de altura y el narciso de las Glénan, una especie endémica del archipiélago. En los años cincuenta el narciso estuvo amenazado de extinción y se creó una reserva natural para él en la isla de Saint-Nicolas. En primavera, entre abril y junio, los narcisos vuelven a florecer con toda su gratitud.

Web Oficial de Turismo de Bretaña
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