



Si pasas por aquí, no dejes de visitar las Glénan. De junio a septiembre zarpan barcos desde Bénodet, Concarneau, Loctudy, Pors-la-forêt y Beg Meil hasta Saint-Nicolas, la isla principal. Es una magnífica excursión de un día. El archipiélago no dispone de ningún hotel y está prohibido hacer camping, pero en verano, las Glénan se animan con sus restaurantes, un centro de inmersión y su famosa escuela de vela. Si lo deseas, puedes realizar una visita guiada a la isla o una visita de presentación del medio submarino con un barco de fondo transparente.
Las Glénan son conocidas no solo por sus playas paradisíacas, sino por su Centro Internacional de Submarinismo y por su mundialmente famoso Club Náutico. Aprovecha para hacer un bautismo de algún deporte. Y no olvides que si prefieres caminar, podrás subir a pie a la cima de la isla de Saint-Nicolas. Desde allí, la vista al mar interior (denominado La Chambre) y a toda la costa es maravillosa.
Aquí viven multitud de flores bonitas, coloridas, blancas y sin olor, plantas de 15 a 40 centímetros de altura y el narciso de las Glénan, una especie endémica del archipiélago. En los años cincuenta el narciso estuvo amenazado de extinción y se creó una reserva natural para él en la isla de Saint-Nicolas. En primavera, entre abril y junio, los narcisos vuelven a florecer con toda su gratitud.
El archipiélago es un ecosistema de gran biodiversidad dado que está apartado de la contaminación. En las inmersiones se puede ver al tiburón peregrino que, aunque alcanza los 7 metros de longitud, es totalmente inofensivo porque solo come plancton.
Oficina de Turismo de Fouesnant y Les Glénans