Illustration de la presqu'île de LézardrieuxIllustration de la presqu'île de Lézardrieux
©Illustration de la presqu'île de Lézardrieux|C. Le Brun & O. Garrigue

La lengua de tierra de Talbert

¡Increíble pero cierto!

Esta lengua de tierra que se adentra en el mar, no es un espejismo, es una curiosidad geológica, una espectacular excepción de la naturaleza que nos da la ocasión de caminar a ras del agua junto a una flora protegida. Este lugar legendario también es un paraíso para los mariscadores.

Descubrir La lengua de tierra de Talbert

El Sillon de Talbert, una estribación de la península de Trégor, se adentra 3 km en un mar sembrado de rocas. Esta estrecha lengua de 35 m, de arena y piedras, está moldeada por las corrientes opuestas del Trieux y del Jaudy. Esta flecha mineral, además de ofrecer refugio a numerosas aves y una calzada para paseantes, también protege el canal entre Paimpol y la isla de Bréhat. Es un lugar extraordinario que debe protegerse con incursiones respetuosas.

Cuenta la leyenda…

A las razones geológicas que explican la formación del Sillon, se añaden otras más románticas y misteriosas. Una leyenda cuenta que Merlín construyó esta vía lanzando millones de cantos rodados para llegar hasta el hada Viviana. Otra explica que Morgana, que residía en la isla de Talbert, se enamoró del rey Arturo y que para alcanzarle, tiró unas piedras hacia el litoral y que estas se convirtieron en millones de piedras que formaron la lengua de tierra.

Del verde al azul turquesa

A los amantes de la naturaleza y de la sensación de libertad les encanta este lugar plantado en medio del mar. Con la cara al viento podrás ver el cardo yesquero de color azul, los verdes crambes marítimos y otras plantas marítimas. También notarás la presencia de muchas variedades de aves marinas pues es un terreno de nidificación ideal para ellas: charrancitos comunes, zarapitos reales, vuelvepiedras, cormoranes… El Conservatorio del Litoral está realizando una gran labor para limitar su degradación.

¿Lo sabías?

¿Por qué algas en la coliflor?

El fucus recogido con marea baja se extiende por los campos en abril y otoño para conservar la humedad del suelo y además aporta potasio a la coliflor, lo que le da ese aspecto generoso e inmaculado.

¡Del mar a la boca!

Siguiendo el ritmo de las mareas, algunos campesinos de la zona recogen el fucus: las algas que usan para abonar la tierra. Con marea baja, los mariscadores prefieren recoger el marisco: berberechos, almejas, gambas, bígaros, cangrejos… Si quieres intentarlo, déjate aconsejar por los mariscadores locales, pero no esperes que te revelen dónde están sus lugares secretos.

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