
©Yannick Le Gal

©Simon Bourcier

©Yannick Le Gal

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El laberinto de callejuelas estrechas que salen de la Place du Parvis, tras la sobrecogedora basílica catedral de los siglos XIII-XVI, nos conduce a la intimidad secular de la antigua Saint-Pol-de-Léon. Las casas con entramado de madera han dado paso a sólidas construcciones de piedra, con líneas depuradas y ostentosas. En la esquina de la rue Rozière, una casa con una torreta ornamental es un buen ejemplo de ello. ¡Y fíjate en los nombres de las calles! Si sabes francés podrás descubrir su encanto, pues están llenos de sorpresas y de poesía, con evocaciones a antiguos oficios, leyendas, juegos de palabras…
En la encrucijada de los ejes principales de la ciudad, la capilla del Kreisker rasga el cielo desde su campanario de 80 metros de altura desde el que se devisa el palacio episcopal, la catedral, la casa de los canónigos, el seminario…. ¡Todo un desafío para los hombres, el tiempo y los elementos!
Saint-Pol-de-Léon cuenta con una larga tradición hortícola y un cinturón agrícola que hoy en día despiertan entre la población un gran fervor: alcachofas, coliflores, cebollas, patatas, camelias, rododendros…
Una curiosidad incita a entrar en la catedral: ¡encima de la tumba empotrada hay 34 «cajas de cráneos»!
Oficina de Turismo de Roscoff