



Kemper (la confluencia) se extiende alrededor de la unión del río Steir y el Odet. Al parecer mientras el rey Gradlon buscaba la mítica ciudad de Ys tragada por las aguas, convirtió Quimper en la capital de Cornouaille. Los romanos desarrollaron el destino comercial de la ciudad. En el siglo XIII, los gremios se instalaron alrededor de la catedral, que estaba en construcción. Los ricos emisarios del rey de Francia confirmaron el auge de la ciudad y construyeron palacetes. Desde entonces, la ciudad se extiende con elegancia a lo largo de sus muelles floridos.
La construcción de la catedral necesitó tres siglos. El resultado es uno de los mejores ejemplos del arte gótico. Las dos agujas se elevan a 76 m y están magníficamente restauradas. Hay que superar el pórtico para ver lucir las vidrieras. Frente a los apóstoles, las calles adoquinadas nos conducen a la Edad Media, ante las casas medievales de la calle Kereon (zapateros) con bonitas perspectivas a Saint-Corentin. Una de las casas más bonitas se encuentra en la esquina de la calle de Boucheries (carnicerías). En el número 10 de la calle du Sallé se halla una casa que destaca por su ornamentación. En la calle du Guéodet se yergue la curiosa casa de las Cariátides. La plaza au Beurre y la calle Elie-Freron rivalizan en belleza. Sigue tu intuición en cada esquina.
Siguiendo el río Odet, se llega al barrio Locmaria, la cuna de la loza. La loza de Quimper tiene toques naifs y vivos. Los cuencos de loza han hecho mundialmente famosa a la pareja con traje típico bretón que aparece pintada. La fábrica HB-Henriot está abierta al público y se pueden ver las distintas etapas de fabricación, en especial el delicado trabajo de las “pintoras”. ¡Todo un privilegio!
El museo de Bellas Artes tiene uno de los fondos de arte más ricos de Francia. En las paredes del palacio de estilo italiano se exponen obras de Boudin, de la Escuela de Pont-Aven, de Tal-Coat y de Max Jacob. En un antiguo palacio episcopal, el Museo Bretón propone una agradable introducción al patrimonio regional.
El 4º domingo de julio, el gran desfile del Festival de Cornouaille agrupa a miles de bailarines y músicos bretones en el corazón de Quimper.
Oficina de Turismo de Quimper Cornouaille
Existen vuelos regulares que conectan París Orly con Quimper varias veces al día, incluidos los fines de semana. Por ejemplo, desde Madrid se llega en unas 4 h y 30 min y desde Barcelona en unas 4 h, haciendo escala en París.
El trayecto en coche de Quimper a Barcelona es de unas 11 h y 30 min, mientras que a Madrid es de unas 12 h y 15 min. La Línea de Alta Velocidad redujo el tiempo de trayecto a Quimper a 3 h y 30 min desde la estación París-Montparnasse, y ofrece una frecuencia de 11 trenes diarios. Las compañías de autobuses de larga distancia Eurolines, Flixbus y BlaBlaBus también comunican Quimper con las principales ciudades.