Es imposible permanecer insensible ante el encanto de esta residencia enterrada bajo la enredadera de Virginia, anclada en el corazón del barrio de Saint-Servan, en las afueras de Saint-Malo. También es imposible no sentir la pasión que mueve a Loïk y Marie, artífices de la transformación de esta malouinière en casa de huéspedes. Sutiles combinaciones de materiales y colores, cálidas colchas, iluminación tenue... Estos dos perfeccionistas han conseguido crear un ambiente singular y refinado, preservando al mismo tiempo el carácter original de esta elegante residencia. ¿Su último reto? Obtener la etiqueta ecológica europea, reconocimiento de su compromiso medioambiental. Productos de limpieza elaborados con ingredientes naturales, desayuno casero, compost, clasificación selectiva... ¡la distinción es bien merecida! Pero, ¿y si se diera una vuelta por la propiedad? Árboles frutales, colmenas y un huerto hacen del jardín un auténtico edén. En el interior, el spa es un verdadero plus después de un día de caminata.
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