¡Izad las velas!
En cuanto zarpa del puerto, toda la tripulación tendrá que ponerse manos a la obra con los aparejos. Habrá que tensar las drizas para montar la mayor. En este velero antiguo, réplica de un barco langostero de 1920, las velas de color oxidado y caramelo combinan de maravilla con el casco verde. Laurence, la dinámica skipper, nos instruirá con las primeras nociones de náutica… y nos enseñará dónde se esconden los lavabos. Es un auténtico placer estar al mando del timón con la mirada orgullosa anclada en el horizonte. El barco tiene una bonita silueta, con su estrecho estrave.
