El bogavante vive en los fondos rocosos, a veces bastante cerca de la costa, y se pesca con nasas. Los más valientes lo pescan a pie con un garfio, un gancho o una fisga, durante las mareas altas, cuando se esconden en las grietas.
Un homard
Puedes consumir bogavante bretón durante todo el año, ¡pero cuidado con el precio! La temporada alta se extiende de abril a agosto, cuando estos crustáceos se pueden encontrar a menos de 30 €/kg en los puestos del mercado o en las pescaderías.
La parte más difícil cuando se cocina bogavante es la fase de cocción. Pídele al pescadero que le ate las pinzas y déjalo «dormir» 30 minutos en el congelador. Así podrás sumergirlo en agua hirviendo con total tranquilidad o cortarlo a lo largo. Bajo en calorías y excelente fuente de proteínas, se presta a múltiples preparaciones: a la parrilla, con salsa, flambeado con coñac, en risotto, suflé, ensalada…
