1. El templo de la identidad culinaria bretona
L’Auberge des Glazicks – Olivier Bellin
A las puertas de la península de Crozon, el chef Olivier Bellin demuestra su virtuosismo a la hora de magnificar los productos bretones, con un especial cariño por el trigo sarraceno. Su singular propuesta gastronómica le ha valido 2 estrellas Michelin. Esta casa familiar fundada en 1870 consta de 8 habitaciones, todas de granito, madera bruta y guijarros, que ofrecen un ambiente plácido frente a la bahía de Douarnenez.