Chambre de L'Auberge des GlazicksChambre de L'Auberge des Glazicks
©Chambre de L'Auberge des Glazicks|Bruno Preschesmisky

Dormir en casa de un chef

Para disfrutar de un momento único, regálate una comida gastronómica en casa de un chef bretón. Y, para alargar este interludio gastronómico, ¿por qué no dormir in situ para apreciar mejor el espíritu de la casa?

De un vistazo

1. El templo de la identidad culinaria bretona

L’Auberge des Glazicks – Olivier Bellin

A las puertas de la península de Crozon, el chef Olivier Bellin demuestra su virtuosismo a la hora de magnificar los productos bretones, con un especial cariño por el trigo sarraceno. Su singular propuesta gastronómica le ha valido 2 estrellas Michelin. Esta casa familiar fundada en 1870 consta de 8 habitaciones, todas de granito, madera bruta y guijarros, que ofrecen un ambiente plácido frente a la bahía de Douarnenez.

L’Auberge des Glazicks


2. Una perla junto al bosque de Brocelianda

Maison Tiegezh – Baptiste Denieul

En la Maison Tiegezh, la familia es sagrada. En 2017, con 25 años, Baptiste Denieul se convierte en el chef más joven de Francia en recibir su primera estrella Michelin. Desde entonces, ha transformado por completo esta antigua casa familiar desde hace tres generaciones. Muy apegado a su tierra, el chef se abastece de productores locales en un radio de 15 km y también de su propio huerto. Sus platos emblemáticos: el foie gras al vapor de algas, el bogavante a la parrilla con trigo sarraceno o el famoso chocolate con melocotón y albaricoque, por el que consiguió su preciada estrella. Al mando del comedor íntimo y elegante con motivos florales, Marion, la esposa del chef, que también se encarga de la comida y el maridaje de vinos. Las habitaciones y suites familiares de 4 estrellas, con una decoración sobria y de diseño y un espacio de bienestar, invitan a relajarse antes de salir a descubrir Brocelianda.

 

Maison Tiegezh

3. Un nidito acogedor en la Brière

La Mare aux Oiseaux – Eric Guérin

La Mare aux Oiseaux, de Eric Guérin, es un auténtico nido de experimentación culinaria donde compartir las emociones que transmite a través de sus platos en la isla de Fédrun, en el corazón de la Brière. El célebre y televisivo chef es un gran aficionado a los pájaros, que han inspirado el nombre del local. Los huéspedes que deseen prolongar esta extraordinaria experiencia gastronómica pueden alojarse en las 6 acogedoras habitaciones del establecimiento. La zona de bienestar con tratamientos a medida y el jacuzzi completan la oferta para que disfrutes de una relajación absoluta durante tu estancia en este lugar único.

La Mare aux Oiseaux


4. Relajarse y recargar pilas en la bahía de Cancale

La Ferme du Vent – Famille Roellinger

La última creación de la familia Roellinger, La Ferme du Vent, domina la bahía de Cancale en medio de una verde pradera. Propone 5 kleds (refugios contra el viento, en bretón) para una estancia de evasión absoluta. Aquí no hay wifi ni televisión, sino el espectáculo permanente de la naturaleza evolucionando al ritmo de las mareas. Alfombras esponjosas, sofás de cuero, mantas de lana, sábanas de lino: ¡todo confort y autenticidad! Date un capricho de disfrutar una cena preparada por Hugo Roellinger, chef del restaurante Le Coquillage de Château Richeux. Hijo del mítico chef Olivier Roellinger, con dos estrellas Michelin, ¡es ahora Hugo quien se lleva todos los premios!

La Ferme du Vent

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