¡Nada menos que 365 escalones! En Plouguerneau, entre paredes cubiertas de opalina azul, una empinada escalera de caracol conduce a la cima del faro de la isla Virgen, el más alto de Europa y el más alto del mundo en piedra tallada. La linterna de luz blanca de este gigante de granito de Kersanton bien merece el esfuerzo: a 82,5 m de altura, ofrece una espectacular vista de la región de las rías. Y el broche de oro: el acceso en barco da la impresión de estar haciendo el relevo de la guardia, aunque hoy en día el faro funcione de forma automática.



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