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©Emmanuel Berthier
La Costa de Granito RosaUn caos de islas y rocas

La Costa de Granito Rosa

Al norte de Lannion, la costa de granito rosa es famosa por sus rocas de colores y formas poéticas. Es un verdadero paraíso para las aves y los paseantes salpicando el litoral con mil y un tipo de minerales.

Del rosa al gris

Esta tiene forma de tiburón, aquella de conejo. Más allá hay una tortuga y una bruja… En la costa de granito rosa, podrás divertirte personificando las siluetas mágicas de las rocas que jalonan el sendero costero. ¿Su color? Rosa, por supuesto, un hermoso rosa cobre brillante. De Bréhat a Trébeurden, la costa de granito rosa dibuja curvas increíbles frente a un ramillete de islas e islotes, en un recodo de calas de arena fina resguardada por altos pinos. En Port-Blanc y Plougrescant, el decorado va cambiando al ritmo de las mareas. El granito de color rosa en la costa se torna gris en el interior, a lo largo de los estuarios de los ríos Trieux y Jaudy. Las aves saben apreciar este espectáculo fuera de lo común y habitan, frente a Perros-Guirec, la Reserva Natural de las Siete Islas para formar una de las colonias de aves marítimas más grande, en particular, de frailecillos, alcatraces y cormoranes.

A pie, en bici, en kayak…

Tras los pasos de los aduaneros, el GR© 34 es el sendero más popular para explorar la costa de granito rosa. En torno a Paimpol, podrás admirar paisajes y conocer a los lugareños gracias a los comentarios y explicaciones que la audioguía para senderismo con GPS «Las siete maravillas del litoral» te ofrece a medida que vas avanzando en tu paseo. Alejandote de la costa podrás disfrutar de sorpresas como en la desembocadura del río Léguer, en el que el escarpado promontorio del Yaudet es el punto de partida del camino (GR© 34 A) que atraviesa el Trégor, alejado de las rutas habituales. Si pones rumbo hacia los «pequeños pueblos con carácter», como La Roche-Derrien, Tréguier, Pontrieux pasearás a través del bosque y del caos de granito rosa. El camino te conducirá a los hermosos castillos de Tonquédec, la Roche-Jagu que custodian un pequeño, pero importante patrimonio arquitectónico. La costa de granito rosa no olvida a los más deportistas. En velero, en kayak, en paddle surf e incluso en longe-côte (caminata en el mar con el agua hasta la cintura), la tentación de adentrarte en el mar para evadirte es muy fuerte. También puedes descubrir la región en bici porque la costa de granito rosa, que forma parte de numerosas rutas locales, es uno de los parajes inevitables del Tour de Manche.

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