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La ciudad desde lo alto

7 lugares con las mejores vistas panorámicas de Bretaña

¿No te apasionan los planeadores o los ULM? ¡Tranquilo! Con un poco de fondo físico y perseverancia, puedes subir a la cima de un campanario, a una torre o a una colina y disfrutar de agradables sorpresas. ¡Aquí van 6 ideas que te darán alas!

De un vistazo

1. Las mejores vistas frente a la isla de Batz

Roscoff, de la capilla Sainte-Barbe

Siguiendo la orilla del mar hacia la punta de Bloscon, toma un desvío hacia la capilla Sainte-Barbe y sube el pequeño promontorio rocoso donde se yergue majestuosa. Recorre sus paredes encaladas y descubre la mesa de orientación, desde donde podrás admirar Roscoff, su puerto y la isla de Batz a un lado, y la entrada a la bahía de Morlaix y sus innumerables islotes al otro. ¡Verás qué mágico!

Nota: la capilla está cerrada, pero todos los años se celebra una romería el tercer domingo de julio.


2. Una torre con vistas al valle del Rance

Dinan, desde la torre del reloj

3 pisos con escalones de piedra, 2 pisos con escalones de madera y una escalera de molinero: todo esto tendrás que subir para salvar los 47 m de altura de la torre del reloj. Pero el esfuerzo valdrá la pena: ¡unas vistas extraordinarias! Una panorámica de 360​​° sobre el centro histórico y su pintoresca maraña de tejados con el campo como telón de fondo. En primer plano, la iglesia de Saint-Sauveur y su fachada delicadamente elaborada emerge de una plaza arbolada. A lo lejos, el curso sinuoso del Rance por un lado y la ciudad de Lanvallay por el otro. Y, ya en la planta baja, puedes admirar el mecanismo del reloj de Hamzer, ¡que data de 1498!

3. La rada desde las nubes, bajo la cúpula

Lorient, desde la Tour de la Découverte

¿Quieres disfrutar de unas vistas excepcionales de Lorient y su entorno? No busques más, ¡aquí las tienes! En el Enclos du Port, sobre la colina de Faouëdic, la Tour de la Découverte brinda a quienes ascienden sus 216 escalones una panorámica única de la ciudad, de la rada y de Belle-Île-en-Mer, que puede vislumbrarse a lo lejos en los días despejados. Además, la cúpula, de 38 metros de altura, posee un mecanismo de relojería único en el mundo: una enorme bola de acero inoxidable cae 6 metros todos los días para señalar el mediodía de la hora solar. Fabulosas vistas, una proeza mecánica… ¡una visita única!

4. Gran panorámica del mar de Iroise

Locronan, desde el Menez Lokorn y la capilla Ar Sonj

¡No te dejes engañar por el aspecto facilón de esta colina redondeada donde se alza Locronan! Desde lo alto de sus 289 metros, el Menez Lokorn ofrece unas espectaculares vistas del mar de Iroise. Si te gusta caminar, toma los senderos boscosos para llegar hasta la cima. Y, al llegar contén la respiración: ¡de un solo vistazo podrás abrazar la bahía de Douarnenez, el cabo de la Chèvre y la llanura de Porzay hasta el Menez Hom! La capilla Ar Sonj, que abre una vez al año para la Troménie, la romería que da culto a San Ronan, alberga numerosas vidrieras del pintor y vidriero Jean Bazaine.

 


5. Una fortaleza desde su mejor perfil

Fougères y su castillo, desde el mirador del jardín público

El paseo por el jardín público de Fougères está lleno de sorpresas. Déjate maravillar por el extraordinario diseño de parterres franceses y el poético jardín inglés. Disfruta con la asombrosa colección de helechos que tapizan el sotobosque y fija tu intrigada mirada en la mancha de color de una escultura contemporánea. Y, como colofón, una vista extraordinaria del valle de Nançon desde el mirador. Frente a ti se alza la formidable silueta del castillo medieval, precedido por los múltiples aguilones de la iglesia de Saint-Sulpice y su esbelto campanario. A su alrededor, las pintorescas casas con entramado de madera conforman el barrio medieval. Y, en un día despejado y con prismáticos, ¡puede incluso que veas el Mont-Saint-Michel a lo lejos!


6. Mareas, marismas y una espléndida perspectiva

¡Una excursión de lo más agradable! Para llegar a la cima del montículo que se eleva a 65 m, puedes seguir un circuito a pie que sale de la plaza del mercado. Al llegar, toda la bahía del Mont-Saint-Michel se despliega a tus pies desde Cancale hasta Granville. En primer plano, las marismas de Dol, que unen la marisma blanca, cuyo color se debe al aluvión marino con polvo de conchas, y la marisma negra, originada por los suelos turbosos. Estas marismas son frecuentadas por múltiples especies de aves. En los alrededores del Monte Saint-Michel, los pólders, regularmente cubiertos por grandes mareas, sirven de pasto al ganado de los prados salados.

 


El castillo de Rohan a vista de pájaro

Hay que subir 138 escalones para llegar a lo alto del campanario de la basílica de Notre-Dame du Roncier, ¡pero el esfuerzo merece la pena! Frente a ti verás el castillo de Josselin, con sus torres redondas, su ornamentada fachada renacentista y sus árboles centenarios. Detrás, el centro histórico y el canal de Nantes a Brest. Al bajar, descubre el interior de la basílica, que alberga múltiples tesoros: magníficas vidrieras, grandes órganos y las estatuas yacentes de Olivier de Clisson y su esposa.

El acceso al campanario es gratuito en julio y agosto y se puede visitar de lunes a sábado de 10:00 a 18:00 y los domingos de 14:00 a 18:00. Entrada por la plaza Alain de Rohan.

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